CRONICA PARLAMENTARIA
Tal vez intuyendo lo que iba a suceder, el compañero Rodolfo Nin Novoa, se fue al Paraguay, dejándome en sus cargos para que presidiera el Senado cuando éste comenzara a discutir en Sala el Presupuesto. Fue alevoso.
A esta altura estoy acostumbrado. Voy para seis años en este recinto por lo que aprendí acerca de las maravillas que en él se registran de vez en cuando.
La sesión comenzó el día lunes por la tarde transitando por la "discusión en general" del Presupuesto. Largos discursos, formidables debates, durante los que la bancada del Partido Nacional se quejó por la ausencia de sindicatos en las barras y en los alrededores del Palacio.
En especial por la ausencia de la FEUU, gritaban: ¡dónde está la FEUU que no la vemos!. Clamaban contra la desmovilización de gremios, se quejaban de que cuando ellos eran gobierno, este Parlamento vivía rodeado por diversas organizaciones sindicales y estudiantiles y la Barra estaba colmada de público. Penadés parecía Juan Castillo.
El martes comenzamos la "discusión en particular" (artículo por artículo del Presupuesto). Es un tipo de sesión mas aburrida, ya no hay lugar para grandes discursos. Fueron agotados en la sesión del lunes. Los que alguno intenta son plagios del lunes.
Transitaba entonces la mañana entre las protestas de Korseniak y Michelini ( que tenían hambre), contra los del Partido Nacional porque pedían "cuartos intermedios" y luego no cumplían con el horario.
Los blancos alegaban que necesitaban tiempo para ordenar los artículos porque muchos habían cambiado de número (nadie les creyó).
En realidad, tenían discrepancias entre ellos. Como todos saben, se trata de una "etnia" compuesta por distintas "tribus". Todas feroces. Incluso caníbales.
Durante la tarde, después de la comida, a la hora de la siesta, la sesión venía transitando en forma cansina, pero avanzaba, entre diversos sopores, artículo tras artículo.
Se nos durmió el Senador Lara y hubo que interrumpirle el sueño...
Que de eso se trata ser Presidente del Senado: un Senador dormido puede ocasionar horribles problemas jurídicos por cuestiones de quorum o de votación.
Baráibar, por su parte, entraba y salía de por entre los brazos de Morfeo cuando, de pronto, una delegación supuestamente sindical, y de COFE, se instaló en la Barra. Ya se sabe lo que eso significa.
En primer lugar despierta de su ensueño a los legisladores que, ahora con "platea", gastan discursos exquisitos ( en especial los que jamás tienen a disposición tanta gente junta) no importa si saben o no de qué grupo, sindicato o cooperativa es esa audiencia (ha habido errores garrafales por eso: un Senador se mandó un día flor de discurso a favor de cierto Proyecto de Ley y luego supo que en la Barra estaban los deudos de un fallecido al que luego se le haría un homenaje...).
El Partido Nacional, sacó a relucir sus mejores "lenguas" reivindicando el derecho de los trabajadores. Gallinal, como el "hombre lobo" devino anarco-sindicalista. La cosa se puso linda.
Lo que se hace en esos casos desde la Presidencia del Senado es: ante aplausos o abucheos, o lo que fuere, alertar a la Barra diciéndole que no se pueden hacer manifestaciones ni en pro ni en contra de nada.
Advirtiendo que de repetirse, no habrá más remedio que desalojar. Es una oración de rutina. Protocolizada.
En este caso no aconteció así. La Barra se mantuvo en pleno silencio hasta que (contra todo lo que informó la prensa), dando inicio a lo que luego fue un espléndido coro, hubo una hermosa volanteada.
Era fascinante ver caer una lluvia de volantes, que (también contra todo lo que informó la prensa), no fueron arrojados "sobre el rostro de la bancada oficialista". Fueron regados imparcialmente sobre todas las bancadas del Senado de la República.
Aquél chaparrón de papel cayó mansamente, sin excepción y, como si fuera una señal, comenzó un prolijo coro, hermoso, muy parecido al de la barra de la Amsterdam, aunque mucho menos numeroso cantando las consignas previsibles.
Después los gritos fueron " a discreción", profiriendo gruesos epítetos, pesados calificativos y enormes improperios, entre los que según ha informado la prensa me tocó recibir varios personalizados por parte de COFE.
La convocatoria del Partido Nacional, hecha el lunes, había dado sus frutos. No creo que COFE tenga tan poca gente. Habría unas 120 personas en la Barra.
No desalojé la Barra como dice la prensa (tenía que haberlo hecho), pero puse en marcha el timbre. El timbre se utiliza para pedir silencio, mantener el orden y advertir a los senadores acerca de su comportamiento: se utiliza para dar comienzo y finalizar las sesiones.
Antes se utilizaba una elegante campanita.
La gente se fue sola.
Entonces sí, mandamos desalojar la Barra. No fuera cosa que volvieran...
Recobrada la calma, continuó el debate hasta que se produjo un dialogado entre Alfie y Nicolini.
Antes debemos detenernos en una apreciación: la Bancada del Partido Colorado está compuesta por los Senadores Amaro, Sanguinetti y Alfie, es una línea media como aquellas de la década del '50.
En términos futboleros de antes, sería como decir: "la línea media colorada forma con: Amaro, Sanguinetti y Alfie." ( después venía la propaganda de Geniol).
Es memorable aquella que se componía con Juan Carlos González, Obdulio Varela y Ortuño.
Pero para este debate el Partido Colorado, que en esas horas se había quedado sin golero al renunciar Stirling, movió el banco: en lugar de Amaro entró Aguirrezabala, mucho más joven, movedizo, buen jás derecho.
Entró Abdala (que jugo de número 5) por Sanguinetti, y de jás izquierdo quedó Alfie.
Yo hubiera preferido poner a Abdala de marcador de punta y a Alfie de centrojás: por su corpulencia, la prestancia y porque además era el único titular que estaba jugando.
La hubiera alineado así: Aguirrezabala, Alfie y Abdala, (A-A-A).
Estando en esa tranquilidad post - COFE, se produjo un intercambio de palabras por fuera del debate y desde la Presidencia vimos venir el lío cuando se levantó Alfie perdida por completo la paciencia para emprenderla a golpes de puño contra Nicolini.
Aguirrezabala al principio intentó mojar pero viendo las cámaras se puso de apartador, mientras otros también intentaban separar a los contendientes, ante la tremenda preocupación de la Senadora Margarita Percovich, privilegiada espectadora desde el ring side, pero sobre cuya cabeza evolucionaban corpulencias como las de Tajam y Alfie (categoría de por lo menos 90 kilos a la sombra, medio pesados pesados).
Suspendí la sesión, no tanto porque se hubieran agarrado a golpes, sino porque el pugilismo expuesto era deplorable: no había rastros de boxeo.
Nos hubiéramos quedado en nuestras butacas, si allí brillara por lo menos alguna chispa boxística como la de Archie Moore o Nicolino Locche.
Pero no: aquello era deplorable
Es más: no se sabe bien, hasta hoy, qué tipo de arte marcial intentaban.
Suspendí la sesión. Los eché.
Lo único que hice fue intentar llevarlos a sus respectivos vestuarios ( es decir los despachos), para que se calmaran con agua mineral en la cabeza y recién después volver a Sala sin seguir obstruyendo la discusión del Presupuesto.
Pero ellos se amigaron antes. Ya en el ambulatorio, el Senador Alfie pidió para pedir disculpas al Senador Nicolini y, como Hortensio Gularte (aquel legendario juez de ring), decreté el clinch y pedí que ambos aproximaran sus guantes para darse el saludo de los grandes.
No levanté sus puños dando "empate" porque los dos perdieron.
Esto es cuanto tengo que informar sobre los incidentes en el Senado de la República (hasta hoy miércoles por la tarde).
ELEUTERIO FERNANDEZ HUIDOBRO
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4 comentarios:
Brillante. Tan brillante que casi se me saltan los puntos.
mmmm, que bueno!!!!!!
estamos protegidos nuevamente!!!
Como te fue????
Que sea viejo no significa que no valga la pena. No soy un diario para andar pendiente de "la noticia".
muy buena cronica.
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