En el post anterior especulaba con la posibilidad de que Bush ordenara un bombardeo en Irak desde territorio uruguayo. Casi.
Hoy el diario La república informa que durante el viaje de Brasil a Uruguay, Bush aprobó el envío de 4.700 soldados más a Irak, y 3.500 a Afganistán, los cuales se suman a los 21.500 extraordinarios que envió en enero, como respuesta a los pedidos del inicio del retiro de las fuerzas invasoras en esos países.
El costo de este decreto: U$S 3.000 millones de dólares (U$S 1.000 más que la ayuda anual a Latinoamérica). Pero acá lo aplaudimos en la rambla y en La corte, donde -¡vaya acontecimiento!- dejó el 25% de la cuenta como propina, en una cuenta que apenas superó los U$S 200, cifra tan importante en el presupuesto presidencial estadounidense como una moneda de 50 centésimos de peso uruguayo en la cuenta bancaria de Paco Casal.
Esta foto la saqué en Bulevar y Bulevar, el sábado a las 18.30. No sé si realmente Bush estaba adentro de esa limusina. Parece que sí porque al llegar a la casa del embajador, junto a la fuente del Parque de los Aliados, los cronistas lo vieron bajar de la misma. De todas formas me saqué el gusto de putearlo bien bajito -no sea cosa de llamar la atención de algún urso aburrido decidido a descargar en mi contra todo el ácido láctico acumulado en su cuerpo en tantos días de inactividad represiva- mientras pasaba a unos metros de mí.
1 comentario:
Pasó la bestia, quedó la rabia.
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