27.3.07
12.3.07
Era obvio
En el post anterior especulaba con la posibilidad de que Bush ordenara un bombardeo en Irak desde territorio uruguayo. Casi.
Hoy el diario La república informa que durante el viaje de Brasil a Uruguay, Bush aprobó el envío de 4.700 soldados más a Irak, y 3.500 a Afganistán, los cuales se suman a los 21.500 extraordinarios que envió en enero, como respuesta a los pedidos del inicio del retiro de las fuerzas invasoras en esos países.
El costo de este decreto: U$S 3.000 millones de dólares (U$S 1.000 más que la ayuda anual a Latinoamérica). Pero acá lo aplaudimos en la rambla y en La corte, donde -¡vaya acontecimiento!- dejó el 25% de la cuenta como propina, en una cuenta que apenas superó los U$S 200, cifra tan importante en el presupuesto presidencial estadounidense como una moneda de 50 centésimos de peso uruguayo en la cuenta bancaria de Paco Casal.
Esta foto la saqué en Bulevar y Bulevar, el sábado a las 18.30. No sé si realmente Bush estaba adentro de esa limusina. Parece que sí porque al llegar a la casa del embajador, junto a la fuente del Parque de los Aliados, los cronistas lo vieron bajar de la misma. De todas formas me saqué el gusto de putearlo bien bajito -no sea cosa de llamar la atención de algún urso aburrido decidido a descargar en mi contra todo el ácido láctico acumulado en su cuerpo en tantos días de inactividad represiva- mientras pasaba a unos metros de mí.
9.3.07
We are fantastic
Hoy llega uno de los mayores criminales que caminó sobre este mundo durante los últimos 50 años. Ya sé que representa a todo un país, y que en los Estados Unidos son más los ciudadanos contrarios a su conducta que los que se embanderan con ella. Ya sé que Estados Unidos es el principal comprador de Uruguay, y que hay decenas de miles de uruguayos humildes (quizá algunos cientos de miles) que comen, se visten y pagan las cuentas gracias a esas exportaciones. Ya sé que es necesario negociar con ellos, porque además Bush solo es su representante circunstancial, nada más, le queda un año y medio de mandato, y probablemente sea sucedido por alguien con un mínimo de sensibilidad, que cambiará bastante el rumbo cínico y siniestro del actual gobierno del mundo. Ya sé que esta visita quedó arreglada el año pasado, en la visita de Vázquez a Bush, y que recién la hicieron pública hace un mes por razones de seguridad presidencial.
Pero por más que no concuerdo con la violencia de ninguna naturaleza, y que los piquetes, pintadas, piedras, cócteles molotov, patadas, empujones e insultos no creo que modifiquen conciencias ni maneras de actuar, no puedo dejar de identificarme con el rechazo y el repudio hacia la venida de Bush. Venida que a todas luces significa un intento por interferir en la actual coyuntura de Latinoamérica, donde Chávez (otro a quien no le creo una palabra) despliega sus fichas, como en el War. Por ahora la pulseada se reduce a lo económico. Pero ya sabemos lo que el facho Bush pretende en este mundo: mantener el poder allá donde sea posible, especialmente en los sitios de interés estratégico. Y para ello no duda en meter 500.000 soldados en la otra punta del mundo en menos de una semana. Ya lo hizo en Afganistán y en Irak (sitios claves en la producción y tráfico de petróleo) con un año y medio de diferencia.
Recordemos que Bush está en Brasil negociando sobre el etanol, que es una de las fuentes de energía del futuro, del cual Brasil se perfila como el principal productor. Brasil lo fabrica con caña de azúcar, que es mucho más barato que con los cultivos con que lo produce EEUU, país que pretende que América Latina se pase al maíz. Es mucho más caro y más contaminante, pero es el rubro de multinacionales como Monsanto, que monopoliza los cultivos transgénicos resistentes a los glifosatos en buena parte del globo. La región tiene todo para fabricar etanol igual que Brasil, por lo tanto puede transformarse en una fuerte potencia económica y estrategia en poco tiempo. Y Estados Unidos intentará controlar el fenómeno desde su génesis.
Un portaaviones que gasta un millón de dólares por día vigilando desde el océano, dos submarinos nucleares en el Río de la Plata, más de 10 aviones civiles, centenares de vehículos militares, dos mil soldados "civiles" (no son militares formales, pero están entrenados de la misma manera, o peor ya que tienen la misión más importante: cuidar la vida del jefe) y toneladas de equipamiento militar fueron desplegadas en el sur uruguayo. Entre ellas un aparatito que anula las líneas de todos los celulares a varias cuadras a la redonda, agrediendo e invadiendo con vaya a saber un qué tipo de radiación, y privando de un servicio público a miles de personas. Eso sin contar la agresión visual y psicológica de tener 15 aviones oscuros volando por el sur del país, ensuciando el cielo. El mayor despliegue de seguridad en la historia del país para cuidar la vida del tipo que más miedo tiene en todo el mundo, que hasta va al baño rodeado de un ejército.
No me gustaría ser Vázquez, Gargano, Mujica, Astori, Nin y tener que estrechar esa mano manchada de sangre obligado por las circunstancias. Pero de hecho ellos están ahí porque los elegimos nosotros, en tiempos donde ellos hablaban pestes de los yanquis y criticaban a la oligarquía que trataba con ellos olvidándose del pueblo. Así es la democracia. Ocupo un cargo, luego existo. Hay excepciones, claro. Chifflet renunció porque no estaba de acuerdo con levantar una mano para votar Unitas, con EEUU. Fue coherente, y se fue para su casa. Gargano también levantó la bandera de la coherencia con su pasado. Pero lo obligaron varias veces a hacer un rollito. Y lo hizo. Esta noche será el primer uruguayo que le dará la mano al mono este. Y con él se la daremos todos. Es así. Nos guste o no.
Con solo pensar que desde una calle montevideana, o desde la habitación de un hotel, o desde una estancia en Colonia, este energúmeno ignorante y asesino puede ordenar un bombardeo en alguna ciudad iraquí, de Afganistán o de algún país africano, y matar así a 1, 2, 10, 50, 100 o 1000 personas (no importa el número), no puedo quedarme callado, y entonces decido que hoy estaré en 18, sumando una voluntad más al repudio. Hay tres marchas. Cada uno elegirá la que más lo represente. Y yo lo haré. No me interesa tirar piedras ni putear ni quemar una goma. No es una cuestión de partidos, ni de ideologías. No estoy seguro si los tengo. Es una cuestión de humanidad. Es vida o muerte. Es libertad o sumición. Es tolerancia u opresión. Es pluralidad o totalitarismo.
Es estar ahí. Simplemente estar.
Pero por más que no concuerdo con la violencia de ninguna naturaleza, y que los piquetes, pintadas, piedras, cócteles molotov, patadas, empujones e insultos no creo que modifiquen conciencias ni maneras de actuar, no puedo dejar de identificarme con el rechazo y el repudio hacia la venida de Bush. Venida que a todas luces significa un intento por interferir en la actual coyuntura de Latinoamérica, donde Chávez (otro a quien no le creo una palabra) despliega sus fichas, como en el War. Por ahora la pulseada se reduce a lo económico. Pero ya sabemos lo que el facho Bush pretende en este mundo: mantener el poder allá donde sea posible, especialmente en los sitios de interés estratégico. Y para ello no duda en meter 500.000 soldados en la otra punta del mundo en menos de una semana. Ya lo hizo en Afganistán y en Irak (sitios claves en la producción y tráfico de petróleo) con un año y medio de diferencia.
Recordemos que Bush está en Brasil negociando sobre el etanol, que es una de las fuentes de energía del futuro, del cual Brasil se perfila como el principal productor. Brasil lo fabrica con caña de azúcar, que es mucho más barato que con los cultivos con que lo produce EEUU, país que pretende que América Latina se pase al maíz. Es mucho más caro y más contaminante, pero es el rubro de multinacionales como Monsanto, que monopoliza los cultivos transgénicos resistentes a los glifosatos en buena parte del globo. La región tiene todo para fabricar etanol igual que Brasil, por lo tanto puede transformarse en una fuerte potencia económica y estrategia en poco tiempo. Y Estados Unidos intentará controlar el fenómeno desde su génesis.
Un portaaviones que gasta un millón de dólares por día vigilando desde el océano, dos submarinos nucleares en el Río de la Plata, más de 10 aviones civiles, centenares de vehículos militares, dos mil soldados "civiles" (no son militares formales, pero están entrenados de la misma manera, o peor ya que tienen la misión más importante: cuidar la vida del jefe) y toneladas de equipamiento militar fueron desplegadas en el sur uruguayo. Entre ellas un aparatito que anula las líneas de todos los celulares a varias cuadras a la redonda, agrediendo e invadiendo con vaya a saber un qué tipo de radiación, y privando de un servicio público a miles de personas. Eso sin contar la agresión visual y psicológica de tener 15 aviones oscuros volando por el sur del país, ensuciando el cielo. El mayor despliegue de seguridad en la historia del país para cuidar la vida del tipo que más miedo tiene en todo el mundo, que hasta va al baño rodeado de un ejército.
No me gustaría ser Vázquez, Gargano, Mujica, Astori, Nin y tener que estrechar esa mano manchada de sangre obligado por las circunstancias. Pero de hecho ellos están ahí porque los elegimos nosotros, en tiempos donde ellos hablaban pestes de los yanquis y criticaban a la oligarquía que trataba con ellos olvidándose del pueblo. Así es la democracia. Ocupo un cargo, luego existo. Hay excepciones, claro. Chifflet renunció porque no estaba de acuerdo con levantar una mano para votar Unitas, con EEUU. Fue coherente, y se fue para su casa. Gargano también levantó la bandera de la coherencia con su pasado. Pero lo obligaron varias veces a hacer un rollito. Y lo hizo. Esta noche será el primer uruguayo que le dará la mano al mono este. Y con él se la daremos todos. Es así. Nos guste o no.
Con solo pensar que desde una calle montevideana, o desde la habitación de un hotel, o desde una estancia en Colonia, este energúmeno ignorante y asesino puede ordenar un bombardeo en alguna ciudad iraquí, de Afganistán o de algún país africano, y matar así a 1, 2, 10, 50, 100 o 1000 personas (no importa el número), no puedo quedarme callado, y entonces decido que hoy estaré en 18, sumando una voluntad más al repudio. Hay tres marchas. Cada uno elegirá la que más lo represente. Y yo lo haré. No me interesa tirar piedras ni putear ni quemar una goma. No es una cuestión de partidos, ni de ideologías. No estoy seguro si los tengo. Es una cuestión de humanidad. Es vida o muerte. Es libertad o sumición. Es tolerancia u opresión. Es pluralidad o totalitarismo.
Es estar ahí. Simplemente estar.
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